Holmsåkoia

El nombre de ésta entrada salta rápidamente a la vista.

Holmsåkoia

Koie es la palabra noruega para pequeña cabaña. El nombre holmsåkoia corresponde a una de las 23 cabañas que la universidad tiene en la zona de Trøndelag. Uno de los objetivos de este viaje a Noruega era poder dormir en una de esas cabañas. No han pasado ni dos semanas y lo conseguí.

Pero primero los pondré en contexto. Hace una semana un grupo de amigos comenzó a organizar un viaje a una de las cabañas administradas por NTNUI, la asociación deportiva de la universidad.  La cabaña a la que nos dirigiríamos se encontraba fuera de la zona de Trondheim, así que para llegar habríamos de tomar algún medio de transporte. Pero no sólo eso, las cabañas se encuentran inmersas dentro de la naturaleza escandinava, así que para acceder a cada una de ellas uno debe caminar un poco. En este caso debían ser 6 kms de caminata antes de poder llegar. Decidimos rentar coches y empezar a invitar gente. La lista fue aumentando a lo largo de la semana hasta llegar a 15 personas de forma que usaríamos tres coches para el viaje. El costo del viaje no fue tan alto. Para empezar quedarse en la cabaña costó 60 coronas o 30 (si se es miembro de NTNUI) lo que es equivalente a 120 o 60 pesos/noche/persona. Realmente una ganga. Los coches estuvieron más o menos en 240 coronas/persona. (Para convertir de coronas a pesos sólo hace falta multiplicar por 2). La comida costó 50 coronas/persona. Lo que nos da un fabuloso resultado de 350 coronas/persona ; 700 pesos por un fin de semana.  ¿No está nada mal, verdad?

http://org.ntnu.no/koiene/koiene/koiene.php?k=holmsaakoia

El viaje comenzó realmente temprano. Salimos de Trondheim a las 8 de la mañana. Tardamos dos horas en llegar a un pequeño estacionamiento en medio de 3 casas y un museo, es decir, casi en medio de la nada. De ahí en adelante caminamos los 6 kms en un terreno nevado rodeado por un bosque a una temperatura aproximada de -16°C. No hace falta decir que hacía frío.  Sin embargo, a pesar de las condiciones que había, durante toda la caminata no me sentí incómodo. ¡Incluso sudé en alguna parte del trayecto! El caminar y haber elegido la ropa adecuada ayudan mucho en este tipo de climas. La caminata no fue difícil, la mayor incomodidad que experimentábamos era el hielo que ocasionalmente se asomaba en algunas partes o el espesor de la nieve (las partes más profundas podían tener 30 cms) que hundía los pies hasta la espinilla.

DSC_0177

El camino estuvo plagado de paradas, risas, pláticas y fotos lo que hizo que nos llevara más tiempo (también alguien decidió estamparse contra un montículo de nieve)

Cuando llegamos todos estábamos muy contentos, o la mayoría, pues algunos tenían la ropa mojada (repito, es importante saber elegir la ropa). La cabaña se veía más o menos así:

AJRA1283

Había mucho por hacer, teníamos que prender el fuego de una cocina que se encontraba en medio de la cabaña para poder calentarnos, además de comenzar a preparar la comida y cortar algo de leña. Mi tarea fue cortar leña, algo que nunca había hecho. Es muy relajante tomar un hacha y empezar a partir troncos con ella. Simon Greuter, un amigo de Suiza, me estuvo enseñando junto con Simon Ledwig un amigo de Alemania (hay muchos Simon por aquí). Me mostraron algunos trucos para no cortarme las piernas y para poder hacer fácilmente las cosas. A pesar de el frío con todo el ejercicio casi ni se sintió. Cuando terminamos de cortar leña la comida ya estaba lista y la cabaña calientita. Todos moríamos de hambre. Comimos una sopa de verduras con salchichas muy buena y que alcanzó para que repitiéramos un poco.AJRA1266

La cabaña era un lugar espacioso, con capacidad para que 20 personas durmieran, había unos catres en la parte de arriba y dos habitaciones abajo. Un piano se podía ver en una esquina junto a la ventana, acompañada de una guitarra. La estufa se encontraba en el corazón de todo y calentaba el lugar. Una mesa alargada con bancas y sillas se encontraba en uno de los extremos y la cocina estaba en otra de las esquinas acompañada de muchos instrumentos. Fuera de la cabaña principal había otras dos secundarias. Una de ellas era la letrina junto con la madera para cortar y la otra era un pequeño sauna. Un río corría en uno de los extremos con agua potable que usamos para comer y beber. Era todo lo que esperaba de una cabaña.

Después de la comida decidimos ir a visitar un lago que se encontraba aproximadamente a 1 km de la cabaña. La caminata fue rápida, el lago era muy grande y algunos pensamos en caminar sobre él. Sin embargo los más experimentados recomendaron no hacerlo por lo peligroso que podía resultar. Así que volvimos a la cabaña. No todos fuimos al lago, unos pocos se habían quedado para estar en el sauna. Para la cena comimos una especie de picadillo con crema, verduras, salsa, aguacate y una tortilla. Era como un macro burrito que sabía bastante bien. Después de la cena algunos de los que no nos habíamos metido aún al sauna nos cambiamos para poder ir. Fue muy relajante, afuera estaríamos ya a -18°C mientras nosotros sudábamos dentro del pequeño edificio. Luego del calor salimos a ponernos algo de nieve en el cuerpo para poder enfriarnos. La verdad es que no se siente tanto el frío después de estar tan caliente. (Milagrosamente no me he enfermado ni he estado apunto de estarlo). Después del sauna regresamos a la cabaña y nos sentamos todos a la mesa. De ahí en adelante continuamos tocando música, jugamos algunos juegos con las cartas, contamos historias y aprendí a jugar muchísimas cosas para cuando uno está con gente.

DSC_0233

Casi todo lo que quedaba de noche estuvimos jugando. Yo me la pasé muy bien, me divertí muchísimo mientras jugábamos. Aprendí un juego de manos que David nos enseñó, jugamos papelitos, contamos historias negras (historias con cierta lógica) o incluso hacimos un cadáver exquisito entre todos: Norway is full of awesome deer and mammoth because of the crazy person who walks like croatian rabits. Blue lines and green pajamas are great options, otherwise snowy trolls would dance without underwear like indian Mulans. Anyways, deer peeing in Holmsåkoia attracts tourism due to the crazy mouse who also pees juice.

En fin había llegado la hora de dormir y algunos locos decidieron dormir arriba (allí no se había calentado la habitación así que estaba muy frío) otros dormimos abajo con un poco más de calor pues ahí se encontraba la estufa. Tomamos turnos para levantarnos y mantener el fuego de la cocina, cada hora alguien se levantaría a poner más madera. Yo no llevaba sleeping bag, pero llevaba un aislante de emergencia. Se siente como estar en una bolsa de plástico. Dormí perfectamente y calientito, sin embargo como no respira, puedes sentir tu sudor en las paredes del aislante y eso da un poco de asco. Fuera de eso no pasas ni una pizca de frío.

Como dato curioso fuera probablemente estábamos a menos de -20°C. Otro dato curioso, a las 7 de la mañana una alarma misteriosa comenzó a sonar y nadie sabía de donde salía o de quién era. Resultó que Pablo había dejado su alarma activada, fue un hecho curioso del que hablamos a la mañana siguiente donde casi todos nos levantamos entre 9:20 y 10:30. Teníamos que lavar unos platos así que ésta vez decidí ayudar más activamente en la tarea. ¡Es horrible tocar el agua con un frío de -12°C! Las manos empiezan a doler y la única forma de evitar ese dolor es calentándolas.

AJRA1284

Al terminar de lavar los platos todos nos sentamos en la mesa para desayunar. Habíamos llevado varias bolsas de pan además de mermeladas, mantequillas, salami, queso, chocolate, etc. Nuestro desayuno fue sencillo pero efectivo. Así que después de terminar con la comida todo mundo se puso a recoger sus cosas y a empezar a preparar todo para irnos. Era hora de partir pues sabíamos que tomaríamos 2 horas al menos para llegar de nuevo a los coches. Al irnos nos dividimos en dos grupos: los que queríamos ir una vez más al lago y los que querían volver directamente al coche. No podía desaprovechar la oportunidad de ver de nuevo el lago así que fui con ellos. De regreso en los coches todos estábamos muy contentos por el viaje, nos deseábamos un feliz regreso y esperábamos volver a hacer un viaje así. Y ya en los coches, todos volvimos a Trondheim.

Como notas extra, están algunas cosas que sentí durante el viaje. En la noche salí de la cabaña y me paré a escuchar la noche. Es silenciosa, los árboles están quietos y la luna sólo observa desde el cielo. La nieve cae sin hacer ningún ruido. Conforme me acercaba a la cabaña podía empezar a “sentir” el calor: la luz de dentro, las risas, las voces. Un mundo dentro de otro. Una puerta entre universos.

Segunda nota, los árboles que se encontraban rodeando el camino. Son altos, imponentes. Parecidos a los de las pinturas de Bob Ross. Además en el suelo era muy común ver pisadas de animales. Me hacía preguntarme: ¿En qué pensarían los primeros habitantes de escandinavia al caminar por esos bosques?

AJRA1290

Leave a comment